domingo, 7 de mayo de 2017

Reseña: Brat Farrar - III (Kizmiaz Records / Off The Hip Records, 2017)




A pesar de su lejanía con prácticamente todo el mundo, Australia ha sido un generador muy importante para el rock de las últimas décadas. Fue precisamente en esa isla gigante que nació Brat Farrar, uno de los máximos ídolos locales del mundo independiente y autogestivo.

Aunque tal vez para muchos su nombre no suene muy familiar, en realidad se trata de un experimentado músico que después de pertenecer a infinidad de agrupaciones entre las que se encuentran Russian Roulettes, Digger And The Pussycats, The Kamikaze Trio, Pistons Misfire y The Grannykillers, optó por fundar su propio proyecto solista en el que no tiene que dar explicaciones a nadie y él tiene el absoluto control creativo.

Su primer álbum en solitario vio la luz en el 2012 y ahora, un lustro después, será lanzado su tercer trabajo que puede ser descrito como simplemente rock creado con un bajo, una guitarra, una batería y una voz rabiosa que en buena medida recuerda a Henry Rollins.

Alejado de las complicaciones, la mayor preocupación de Brat es sonar fuerte para imponer respeto. Es por esto que, en buena medida, su música recuerda a los Cosmic Psychos, leyendas vivientes del rock australiano, además de agrupaciones de otros puntos geográficos como Clutch, Dinosaur Jr. y The Wipers. 

Este nuevo material, editado en CD por Off The Hip Records y en vinilo por el sello francés Kizmiaz Records, muestra a un músico que al viejo estilo del punk rock, presenta una canción tras otra y sin la mínima preocupación de obtener un sonido pulcro y nítido. 

Con reminiscencias al rock que se gestó en el mundo subterráneo e independiente de finales de los setenta y ochenta, en la música de Brat Farrar hay litros de sudor y una desenfrenada batería que taladra oídos. En general es puro rock macizo directo al cráneo y en el que no hay lugar para las baladas insulsas de amor.

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